La tecnología de las redes sociales puede convertir los sentimientos más íntimos en información con valor económico, en datos. Lo sagrado es lo que no se puede comprar ni vender.
Los datos son el producto más valioso en estos días. Es información sobre nuestros ritmos, cuerpos y emociones, utilizada por las corporaciones para condicionar nuestro comportamiento y nuestros deseos. Lo sagrado es una parte sustancial del ser humano. Necesitamos lo sagrado. ¿Lo sagrado se expande o se contrae en nuestras vidas? ¿Tenemos espacios donde podamos compartirlo o estar unidos por él? ¿Puede la tecnología ser una herramienta para que nuestros cuerpos experimenten colectivamente lo sagrado?
En esta actuación creé un ritual personal honrando lo que es sagrado en mi vida y compartiéndolo con la audiencia. Interactué con un robot de percusión robótico que creé. La escultura robótica reproduce patrones rítmicos procesando datos de mis movimientos en tiempo real a través de sensores de movimiento. Toco instrumentos diseñados en metal y madera con acciones corporales repetitivas que inducen un estado de trance.